Se cumplen, en este año 2022, las bodas de plata de la inauguración y consagración del actual templo parroquial de Santa María de Cervellón, acto que en su día fue presidido por el cardenal-arzobispo de Madrid Antonio María Rouco Varela. La parroquia también estrenaba ese día nuevo nombre, ya que anteriormente era denominada de San Jacinto.

En la tarde del pasado 5 de junio, domingo de Pentecostés, Don Carlos Osoro, actual cardenal-arzobispo de Madrid, presidió una solemne misa concelebrada para dar gracias a Dios por estos 25 años de vida pastoral. Llegada la Acción de la Gracias, el párroco P. Mario Alonso pronunció las siguientes palabras:
«En este momento final, de nuestra celebración, me uno con sentimiento de gratitud al Señor por estos 25 años de vida de nuestro actual templo parroquial y también del cambio de nombre: de San Jacinto pasó a denominarse de Santa María de Cervellón. Recordamos la inauguración y consagración que llevó a acabo de cardenal Antonio María Rouco.
–En primer lugar, gracias al Señor, dador de todo bien, porque podemos disponer de este espacio celebrativo, donde nos unimos cada día como comunidad de fe.
–Gracias al cardenal Don Carlos Osoro, Pastor de nuestra diócesis de Madrid, por estar hoy aquí presidiendo y compartiendo con nosotros estos 25 años, pese a sus múltiples tareas y compromisos pastorales, ¡Muchas gracias Don Carlos!
–Gracias a nuestro Vicario Episcopal Don Juan Carlos Vera, siempre atento y siempre disponible para cuanto atañe a nuestra Vicaria I.
–Gracias al P. Justo Linaje, Provincial de Castilla, de la Orden de la Merced. Casualmente, hace 25 años, tuvo la suerte de ser él también Provincial, capitán de esta nave mercedaria. Vivió de primera mano las obras, enfrascado de lleno en ellas. No sabemos si dentro de otros 25 años quizás lo tengamos, también por aquí de nuevo, como Provincial. ¡No lo sabemos, pero ya veremos…!
–Gracias a los que fueron párrocos y hoy nos acompañan: al P. José Luis Tesouro, al que tocó ser bisagra, puente, en el paso del primer templo de San Jacinto a este nuevo de Santa María de Cervellón. Y cercano a él, está el P. Fernando, a quien tenemos la suerte de ver más a menudo ya que es uno de los Vicarios parroquiales actuales, junto a los PP. Serge y Leoncio. Los tres trabajando, codo con codo, junto a mí como Párroco. Gracias también a los ex párrocos que no han podido venir, PP. Gonzalo Ruiz y José Avilés. Y gracias, cómo no, a los hermanos de esta comunidad provincial de la Curia, siempre disponibles y dispuestos a colaborar en la parroquia en lo que sea menester.
–Gracias a los Vicarios parroquiales, que fueron y ya no son, que estaban y ya no están. Dos nombres están en la mente de todos: P. Sanmartín, un hombre de Dios, un varón santo, que nos estará viendo desde el cielo; enfermos, ancianos y necesitados fueron su prioridad. También el P. Luis Vázquez, hoy en nuestra Residencia de Salamanca, nos dejó como testamento el libro “Guía Artístico-Espiritual” de nuestra parroquia. Por cierto, lo podéis llevar a la salida, hay ejemplares en la mesa del fondo.
–Quiero dar las gracias también a Carlos, Párroco de San Juan Bautista, por razones de vecindad y amistad. No olvidemos que nuestra parroquia es hija del Bautista, pues de ella se segregó al nacer.
–Gracias especiales al grupo de religiosas de la parroquia. Un gran don para todos nosotros, en esa riqueza de vida comunitaria y religiosa, de eclosión de carismas que enriquecen y colaboran siempre y en todo momento. Cada congregación o instituto aportando lo mejor de sí, con su fundador-a propio-a y su espiritualidad específica.
–Y gracias a vosotros, queridos feligreses. Vosotros sois los auténticos protagonistas de esta historia de 25 años.
Es cierto que el templo, desde el punto de vista arquitectónico y artístico, es muy bueno: su techumbre en forma de barco invertido, con la calidez y acogida que transmiten sus vigas y maderas, signo inequívoco de la Nave de la Iglesia y símbolo propio de nuestra santa titular, Socorro y auxilio de cautivos y de navegantes en peligro; la galería de la Virgen de la Merced y los santos mercedarios, con esas esculturas y bustos en bronce, obra del escultor ruso Lev Yefímovich Kérbel, artista de fama internacional, cuya obra es única aquí en Madrid; el Árbol de la Vida, en la capilla del sagrario; el mural de las miserias y cautividades actuales, en el presbiterio; el viacrucis del fondo, el panel cerámico de la fuente bautismal, en el baptisterio; las vidrieras…todo ello en conjunto forma un verdadero museo de arte sacro contemporáneo, es evocador y entraña, en sí mismo, una auténtica catequesis que humaniza y evangeliza.
Pero mucho más importante que todo eso, sois vosotros; sois las piedras vivas de estos muros, en palabras del apóstol San Pablo “sois templo de Dios”, sois el ensamblaje que sostiene todas las vigas y entramado de la vida espiritual de este edificio.
Aquí os habéis alegrado y habéis cantado, en momentos y vivencias familiares de vida y de fe: bautismos, primeras comuniones, enlaces matrimoniales…
Aquí también habéis llorado, os habéis desahogado, encontrando consuelo, ayuda y escucha: al despedir a un ser querido, en su tránsito a la Casa del Padre; al reconciliaros mediante el sacramento de la penitencia; y en tantos y tantos momentos de acogida y de encuentro.
Personalmente quiero dar gracias a Dios porque sentís a la parroquia como “Iglesia propia”, hogar común, casa familiar, fraterna y acogedora, en la cual se proclama la Palabra, se predica el Evangelio, se celebra la fe, se intenta llevar a cabo el mandato del Amor fraterno, y se comparte, en caridad, con los más pobres.
-Por último, no quisiera olvidarme de dar las gracias a Fausto, el diácono permanente que ha asistido sirviendo al altar; y al grupo de las cinco acólitas, procedentes de diversos continentes y países, de distintas lenguas y culturas, parábola viva de Pentecostés. Gracias a todos los que habéis venido, a quienes habéis preparado y participado en la eucaristía, gracias a los feligreses y amigos, a todos. A terminar iremos a los salones parroquiales invitados a compartir un ágape fraterno. Y ya que hoy finaliza el Tiempo litúrgico de Pascua, vamos a pedir a Don Carlos que apague el gran cirio pascual. ¡Demos gracias a Dios! Un gran aplauso. Muchas gracias.»
P. Mario ALONSO AGUADO (Párroco)
Misa celebración en imágenes

















Misa celebración – momentos
Agape












