
El 17 de Abril, la iglesia conmemora la festividad litúrgica de la beata Maria Ana de Jesus, copatrona de Madrid.
La iglesia del convento de las madres Mercedarias de don Juan de Alarcón (Puebla, 1), donde se encuentra su cuerpo incorrupto, acogerá en esta jornada una serie de actos en su honor.
La jornada concluirá con una solemne Eucaristía concelebrada, a las 20:00 horas, presidida por monseñor Bernardito Auza, nuncio de Su Santidad en España. Durante la misma, se cantará el ofertorio mercedario. La ceremonia finalizará con el himno de la beata, y una ofrenda floral a María Ana de Jesús.
Exposición del Santísimo
La beata María Ana de Jesús fue precursora de los jueves eucarísticos. Por eso, todos los días 17, a las 19:30 horas, la iglesia del convento de las Mercedarias acogía una exposición menor del Santísimo, que concluía a las 20:00 horas con la Eucaristía. Interrumpida por la situación sanitaria, esta costumbre piadosa se reanudará a partir del mes de mayo.
6 cosas que igual no sabias de esta beata Mercedaria
- Esta beata, terciaria mercedaria, nació el 21 de enero de 1565 en la madrileña calle de Santiago con el nombre de Mariana Navarra de Guevara y Romero. Perteneciente a una familia acomodada, a muy temprana edad se quedó huérfana de madre, hecho que marcó su vida. Desde ese momento Mariana, ejerció de madre para sus hermanos, lo que la hizo madurar pronto.
- Con 22 años, un sermón de un fraile Mercedario y su espiritualidad apasionada la ayudaron a decidir su vocación. La negativa a casarse y su deseo de apartarse del mundo para entregarse a Dios provocó un gran revuelo en su familia, que no aceptó esa decisión. Recurrieron a los castigos, prohibieron sus salidas… pero ella no cejó en su empeño. Fiel a su decisión, meditada en la oración y respaldada por su confesor, recortó sus cabellos – con el fin de parecer fea y disuadir a su prometido de casarse con ella, y a sus progenitores de sus empeños casamenteros. Estos la confinaron a una reclusión que duró varios años, viviendo sin salir a la calle, y con distintas privaciones.
- Con 33 años abandona la casa de su progenitor, para instalarse en una choza contigua a la madrileña ermita de Santa Bárbara, donde moró hasta que su dueña la instó a buscar otro lugar. Los Mercedarios Descalzos le dieron una casita ubicada en el huerto del convento de santa Bárbara, donde vivió hasta el fin de su vida.
- La influencia de fray Juan Bautista, unida a su formación académica en el convento Grande de la Merced, ubicado en la actual plaza de Tirso de Molina, hizo que el carisma mercedario atrajera su atención, y que deseara vivirlo con una entrega total. Pero las madres Mercedarias no la dejaron profesar y vivir como una más dentro de la comunidad. Por eso, hubo de contentarse con pronunciar los votos en privado, y vivirlos de manera privada, sin renunciar al hábito de Terciaria de la Merced, que llevaba por obediencia como un símbolo exterior de su compromiso interior.
- Gran devota de Jesús Eucaristía y de la Pasión, los éxtasis, las visiones de Cristo y de la Virgen María -con quien conversaba- pronto son del dominio público. Esta mística de la Cruz llegó a sufrir el tormento de la corona de espinas. Pasa su vida dedicada a la oración y la penitencia, y recorre Madrid con su hábito, procurando ayuda a los más pobres, niños, enfermos, cautivos y todo tipo de necesitados, a quienes socorre con limosnas y ayudas materiales. La fama de sus virtudes, y la de las apariciones sobrenaturales y milagros que la acompaña, se extendió rápidamente. Las reinas Margarita de Austria e Isabel de Borbón, y muchas personalidades de la época, acudieron a ella en busca de consejo espiritual.
- Fallecida en olor de santidad a los 59 años –el 17 de abril de 1624-, su cadáver fue expuesto al público durante tres días, y miles de devotos acudieron a darle su último adiós. Su cuerpo, que se venera cada 17 de abril, permanece incorrupto. Aclamada como la ‘santa de los pobres de Madrid’ desde el momento de su muerte, pronto se inicia el proceso de beatificación. Beatificada en 1783 por el Papa Pío VI, el 8 de marzo de 2011 se abrió el proceso diocesano de canonización después de que la beata hubiera realizado el milagro de la presunta curación de una niña.
Fuente: Archidiócesis de Madrid
Que ella interceda por nosotros e ilumine a los madrileños en todas las ocasiones.
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