En un momento histórico marcado por la incertidumbre, la violencia, las crisis sociales y el cansancio interior, la Iglesia nos invita a redescubrir una virtud capaz de transformar la vida: la esperanza. La bula Spes non confundit del Papa Francisco —punto de partida de este número de la revista Caminos de Liberación— nos recuerda que la esperanza cristiana “no defrauda”, porque nace del amor de Dios que acompaña cada paso del camino humano.
Una esperanza que toca la vida real
La esperanza no es optimismo superficial ni evasión espiritual. Es la certeza —regalada por el Espíritu Santo— de que Dios acompaña cada proceso humano. Por eso, aun en medio de guerras, injusticias o situaciones de pobreza, seguimos llamados a descubrir los signos de bien que pueden convertirse en semillas de futuro.
Y esa esperanza se hace concreta en gestos cotidianos: una escucha sincera, una ayuda generosa, una sonrisa que despierta luz en el otro. La esperanza cristiana es activa, humilde y profundamente transformadora.
Resistir, resilir y crear: tres verbos para este tiempo
La teóloga Silvia Martínez Cano propone tres actitudes que permiten acoger la incertidumbre desde la fe:
- Resistir, manteniendo la dignidad y la compasión frente al individualismo y la apatía.
- Resilir, reconstruyendo lo roto y acompañando heridas personales y comunitarias.
- Crear cosas nuevas, incluso en el desierto, confiando en que Dios abre caminos donde parecía no haberlos.
La esperanza de los mártires
Los mártires mercedarios nos recuerdan que la verdadera esperanza mira a la Cruz. Su entrega radical nace de la certeza de que Cristo transforma el dolor en vida, la derrota en victoria. Su testimonio invita a cultivar una esperanza fuerte, arraigada y luminosa.
Historias que inspiran
La revista recoge testimonios y proyectos que encarnan la esperanza:
— Jóvenes frailes africanos iniciando su camino mercedario en España.
— Comunidades en Puerto Rico y República Dominicana comprometidas con educación, liturgia y justicia social.
— La Eco Escuela Scouts Merced, un ejemplo de cómo la educación ecológica y la espiritualidad pueden transformar realidades de pobreza y fomentar ciudadanía responsable.
Una invitación para todos
Vivir con esperanza es reconocer que la historia no está cerrada y que Dios sigue actuando. La Virgen María —modelo de confianza inquebrantable— nos enseña que la esperanza no elimina el dolor, pero lo ilumina desde dentro y lo convierte en camino nuevo.
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Parroquia Santa María de Cervellón 