Fernando Romero Barrero.
Ayúdame, querido Dios,
a vivir con sencillez
la alegría de tu venida,
a recordar
con el corazón ardiente
y con brío en la mirada
lo mucho que Tú me amas
y que quisiste ser niño
para hacer de tu grandeza
roca en mi debilidad,
cobijo de mi intemperie
y senda de salvación
con humildad y ternura.
Siempre acudes a mi lado
cuando más lo necesito
y sacias mi sed de Ti
con cuidado permanente
de mi esencia más profunda.
Al llegar la Navidad
dame lucidez y cordura
para verte en el hermano
y abrazarlo sin apuro,
que sienta tu corazón
cuando estrechemos las manos.
Hazme sutil instrumento
de transmisión de tu amor.
Quiero quererte querer
sin miedos y sin complejos
acogiéndome a tu amparo
con confianza y entrega.
Ven, habítame,
que espero
de tu sabiduría, luz,
de tu fortaleza, el fuego
que abrasa sin consumir,
y de tu abrazo, el sosiego
que acalma mi alma con tino
y la alegre compañía
de tu acogedor latir.
Diciembre, 2024
